El concierto de este jueves 29 de Abril ha sido interesantisimo y emotivo.
Dos músicos jóvenes españoles de primera talla mundial. Y no exagero.
Joaquín Riquelme de 27 años un virtuoso de la viola al que no le ha importado en la segunda parte incorporarse a la orquesta en un discreto plano como un profesor mas.
Un detallazo de un grandisimo tipo ¡Menudo Walton se ha cascado el murciano!
Pablo Heras-Casado es un joven director de 31 años a seguir.
Su sinfonía de Sibelius ha sido antológica porque a mi el compositor finlandés no me gusta y hoy me ha entusiasmado porque ha sonado celestial y vivo y romántico y no romanticón y pesado y plomifero.
Que ambas precoces eminencias se ganan las habichuelas fuera de España básicamente no es ninguna novedad.
Lo importante que podamos catarlos de vez en cuando en el excepcional Víctor Villegas con una orquesta como las OSRM.
Cuando salia del auditorio he saludado a uno de sus componentes y lo he felicitado y le he advertido que este 9 de mayo deben dar el do de pecho e interpretarnos una Flauta Mágica para recordar.
Entradas agotadas para la opera mozartiana lo que es buena señal e indica que el año que viene queremos mas operas -mas Mozart- y mas funciones.
Amigos melómanos padre e hijo: el bis de Joaquín os hubiera derretido.
Una partita de Bach con ese sonido meloso y grave de la viola.
Sin comentarios.
¡Con que facilidad la ha ejecutado Joaquín! Y gracias a la simpática, guapa, elegante y preparada compañera de abono de al lado por confirmarme que efectivamente era esa pieza bachiana.
Un milagro Bach y la demostración de que la música amansa a las fieras porque ha podido conmigo mi amigo Joaquín Riquelme y casi se me han saltado las lágrimas cuando con maestría sin fin iba acabando la bellisima y calvinista partita.
Hellín a 30 de Abril de 2.010.
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