Lleno total en el Villegas esta calurosa noche de domingo primaveral.
Una Flauta Mágica digna con unos decorados trascendentes e ingeniosos. Poco infantiles para ser Els Comediants los inspiradores pero eficaces, brillantes y llamativos.
El avestruz me ha encantado. Lo busco y me sale Joan J. Guillen como el autor de estos animales tan curiosos que se pasean por el escenario. Repito el avestruz es genial.
Y así se me han pasado las dos horas y media de representación en un abrir y cerrar de ojos y he salido contento y besando a las conocidas que me he encontrado mientras bajaba los escalones y me dirigía a la cruda realidad que me espera y nos espera en la calle y en el día a día en España.
Mozart no tiene punto de comparación.
Es un fenómeno inigualable e insuperable de la música universal y esta opera es una de las cimas de la Humanidad. Una obra de arte humanista y humana imprescindible y emocionante.
Amistad y armonía. Armonía y amistad.
Un bello lema que alguna vez amigo Mozart alcanzaremos y aplicaremos los hombres. Nunca por lo menos para mi pero no me hagan caso porque soy un pesimista existencial sin solución que disfruta con La Flauta Mágica mucho mas que cierto político y su bonita familia con sus áticos de lujo comprados a pares.
Hellín a 10 de Mayo de 2.010.
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