El que empezó como el Niño de Alcalá (de Guadaira) vivió a caballo entre el siglo XIX y el XX (1.887-1.969) y fue un cantaor superior y superlativo dominador de todos los palos del flamenco.
Lo tengo en la famosisima antología de HISPAVOX que compre hace décadas en Barcelona.
Lo deben escuchar.
Es puro, sabio, ancestral, atávico, primario, primitivo, único e imprescindible.
Hellín a 26 de Julio de 2.011.
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