Escucho estas grabaciones históricas en unos cd que saco prestados de la biblioteca de Hellín.
La Segunda de Brahms es solemne y hasta Pastoral.
En Brahms frente a su amado/admirado/odiado Beethoven todo es calma y afán de equilibrio y perfección y por eso es tan difícil de dirigir.
Debe sonar placentero y tranquilo aunque la fuerza de la partitura sea sideral y cósmica.
La batuta debe controlar al máximo a la orquesta.
Esta no debe pasarse pero debe llegar.
Yo a la OSRM le he escuchado sinfonías de Brahms magnificas.
Recuerdo una Cuarta hace dos años que sustituía al imposible Concierto de Bartok -imposible con los pocos profesores con los que se ha quedado- y una Primera que se nos siso a los abonados esta temporada pasada que perfectamente podía haberse interpretado porque la orquesta regional murciana es capaz de ello y de mucho mas porque tan buena es.
Cuando acabe esta maravillosa Segunda -de ella creo recordar decía el pesetero director austriaco que su primer movimiento es lo mas difícil de ejecutar que conocía- escuchare el Requiem de 1.947 con una deslumbrante diva nazi como soprano de coloratura la inconmesurable Elizabeth Schwarzkopf.
Ya ven mi vida triste y solitaria transcurre entre Beethoven, Brahms y Bach básicamente.
La triple B.
Me gustan estos tres compositores porque son muy diferentes.
Beethoven es el que me da mas agitación y me pone mas nervioso al modo del gamberro Alex.
Brahms me tranquiliza y es el ideal para escribir y meditar y hasta para hacer el amor.
Bach es la culminación del saber humano y el que mas me mejora y mas felicidad me da.
Yo les recomiendo esta triple B y si abusan de ella ya verán como duermen mejor y son mas sociables y mejores personas.
Hellín a 16 de Julio de 2.011.
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