

El Liceu de Barcelona es el único teatro de ópera en España que sigue contando con un apuntador fijo. Desde hace más de tres décadas, Jaume Tribó es maestro de un oficio difícil y misterioso que se va quedando sin practicantes. Tribó es la memoria viva del teatro, asesora a decenas de cantantes en la pronunciación en diez idiomas y sigue sacando de apuros sobre el escenario a divos y novatos.

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