La segunda edición de este Festival de Flamenco celebrado en la culta Peñiscola en su soberbio Palacio de Congresos ha sido estupenda.
Por la fusión entre la Peña organizadora "Raíces Andaluzas" y el evento. Luego les cuento.
Las compañias de baile del sevillano Juan Polvillo y del gaditano Carlos Carbonell son magnificas y Juan y Carlos dos bailaores jovenes muy buenos como todos los miembros (guitarristas, cantaores, percusionistas y bailaores) que componen estas dos premiadas compañias de baile flamenco.
Nos han dado dos conciertos llenos de fuerza y estética este viernes pasado y ayer domingo respectivamente por cierto con gran asistencia de público -unas 600 personas- este último lo que significa que corrió como la pólvora que el Festival estaba de coña y los aficionados acudieron al final saliendo entusiasmados de nuestro gran arte que es el flamenco cuando se interpreta de manera pura y con oficio y talento y con profesionalidad y con respeto.
El sábado el milagro que se da de vez en cuando en el mundo de la música.
Felipe Campuzano nos volvió locos a los que fuimos a verlo y a mi el primero. Lo reconozco.
Un artista rotundo que advirtió enseguida que los pocos que fuimos a un semivacio Auditorio estábamos entregados a él desde el primer momento porque nos dimos cuenta que Felipe es un fenómeno del y en directo y que en vivo es irrepetible y genial.
El recital fue antológico. Desde el inicio hasta el bis. El silencio mientras actuaba se podia cortar. Una noche repito cansino mágica y única.
Toca el piano como si estuviera a punto de culminar el acto sexual.
Con un ímpetu brutal y una pasión desbordada y contagiosa. Debe acabar con dolores en sus manos y brazos.
Introduce cada tema con poesías y con anécdotas y con ironía.
Es un andaluz memorable y volcánico. Es vehemente y barroco. Como su ciudad. Como su tierra. Es fantástico y esta lleno de color y contrastes. Y es verborraico y muy pero que muy flamenco. Y tiene el duende. Es intuitivo y vital. Un artista. Un artista. Y punto. Un artista. Y punto.
Como estaba a gusto en Peñiscola Felipe Campuzano y le gusto la escuela flamenca que esta creando la profesora Agueda (alma mater de este Festival de Flamenco tan nuevo pero con futuro) una alumna aventajada de esta meritoria peña en la que se fijo nos canto de manera celestial una copla mientras el, sí, Felipe Campuzano, la acompañaba al piano.
El momento cumbre llego cuando la misma Agueda bailo de manera elegante una composición de Felipe Campuzano.
Agueda añoraba que Felipe Campuzano la guiara en el baile y estuvo excelente. Abajo pueden ver un momento.
La propina que nos dio el portentoso músico gaditano nos dejo estupefactos. Puro virtuosismo. Se despidio de nosotros con un ¡Viva Peñiscola!. El año que viene amiga Agueda lo vuelves a traer. Es un monstruo de artista Don Felipe Campuzano. Parece que tenga 20 años y no los 65 que nos dijo tener. Estuvo a gusto en Peñiscola. Peñiscola es especial. Peñiscola es una maravillosa localidad con muchisimo turismo estival pero insisto que apuesta por la alta cultura en verano y fuera de verano.
En pie aplaudimos a rabiar al acabar a este español universal y de verdad transmite una barbaridad el maestro Felipe Campuzano y sublima el tantas veces denostado y vulgarizado flamenco convirtiendolo en algo hermoso y emotivo y artistico y digno de ser reconocido ya Patrimonio de la Humanidad Inmaterial por la UNESCO. A que espera.
España es tierra de grandes artistas.
De los mejores.
En todas las ramas.
Lo que nos comento al final el amigo Felipe.
España genera artistones pero estos estan mas reconocidos fuera que aquí.
Cuestión cultural. Perdón cuestión de nuestra crónica incultura hispánica.
Peñiscola a 16 de Agosto de 2.010.
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