miércoles, 26 de enero de 2011

LES RECOMIENDO QUE LEAN EL CAPITULO SEPTIMO DE VIAJE A LAS EMOCIONES Y EN CONCRETO LAS ARTES PLASTICAS Y LA MUSICA PAGINAS 168 A LA 173. ALUCINO.


Este tochazo del para mi bastante indigesto Eduardo Punset es un libro apasionante.
Mas de 800 paginas para el que sea muy devoto del ex politico un economista metido a la ciencia.
A mi me ha interesado sobre manera el capitulo que les he indicado arriba en el titulo de este articulo.
Se lo resumo.
La música -la buena- actúa sobre nuestro sistema nervioso central y aumenta los niveles de las endorfinas que son a modo de unos opiáceos que nos producen alegría y optimismo y también nos dan motivación y energía ante la vida y que pueden hasta disminuirnos el dolor físico estimulando además nuestros sentimientos de gratitud y satisfacción existencial.
Esto ya se los indique hace unas semanas cuando me referí a una apasionante charla que un eminente neurocirujano navarro dio en un programa de Radio Clásica.
La música culta por lo menos a mi me proporciona mucha felicidad espiritual.
Me resulta imprescindible en mi vida de single.
Me ayuda a superar mis baches y mis momentos dificiles que son muchos.
Ahora resulta que existe una base neurologica y por lo tanto cientifica que explica las virtudes de la música.
Yo con Bach por encima de todos los compositores que quiero me siento en paz y tranquilo.
Lo he acabado de hablar con una persona que vive por y para la música.
La labor que hacéis no tiene precio.
Cuando acudimos a un concierto queremos relajarnos y que nos hagáis olvidar nuestras penas y miserias y si encima nos hacéis felices mejor que mejor.
Esa labor terapéutica no tiene precio insisto y por eso se os debe pagar con generosidad y con puntualidad.
Tendremos tiempo y ocasión de hablar de nuevo.
Cara a cara.
Mi solidaridad con vosotros y contar conmigo para lo que sea.
Hellín a 26 de Enero de 2.011.

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