lunes, 8 de agosto de 2011

NO SE LO CREERAN Y ME TACHARAN DE FANTASMON INSOPORTABLE PERO VOY POR LA SINFONIA 46 DE HAYDN ESTE AGOSTO Y PIENSO LLEGAR A LA 104 SI DIOS ME DA SALUD



Es una experiencia vital y personal parecida a cuando escuche todas las cantatas de Bach durante un invierno.



Ahora estamos en Agosto y pegadito a la mar.



Por la mañana me preparo el desayuno con las sinfonías de Haydn.



Antes de comer mi imprescindible aperitivo con mas Haydn.



A la merienda mas Haydn.



Como son cortas las voy paladeando siempre mientras como algo.



A veces opto al mediodía mientras papeo por no poner la caja tonta y seguir embriagandome y extasiandome ante tanta sabiduría y tanto arte musical.



Al fin y al cabo para que te vas a comprar una integral de un compositor si no es para por lo menos intentar escucharla entera digo yo una vez en tu triste vida.



Vale que 150 CD es una pasada pero calculo que por los menos mas de la mitad ya los he puesto de la integral de Haydn.



No les voy a aconsejar que me imiten.



Tendrán familia y compromisos laborales y de todo tipo. Lo supongo y lo entiendo. Yo es que soy muy raro y muy antisocial.



El melómano real no el fingido es y deber ser un solitario. No es fácil encontrar a alguien dispuesto a digerir 7 tostones de recitales de música antigua en 7 días encima subiendo a toda una fortaleza llena de escaleras y adoquines y pendientes propias mas bien de un yonqui ciclista profesional.



Existen y las conozco parejas que ambos son muy aficionados pero el disfrute de la música culta debe ser al final siempre en soledad y aislamiento aunque uno este en una sala rodeado de miles y miles de espectadores.



Yo me aislo siempre cuando empieza un concierto y si es bueno solo existo para los músicos. Me gusta ir solo a los conciertos. Eso no quita que casi siempre entable alguna conversación con alguien. Y que no pocas veces algún lector de este blog se me dirija al comenzar o al acabar el recital como me ha ocurrido no pocas veces.



Pero yo me desentiendo de lo que me rodea insisto cuando acudo a un buen concierto. Me vuelvo un autista.



Tal es la fuerza y la capacidad de seducción y hechizo y abducción de los grandes grandes como es el genial y equilibrado y humano Haydn al que tanto le debo y tanto le agradezco y tanto lo admiro y al que nunca dejare de estar agradecido por hacerme pasar tantos ratos tan inolvidables y tan emocionantes.



Peñíscola a 8 de Agosto de 2.011.

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