Juego de espejos es un programa que intento no perderme ningún domingo.
Lo presenta Luis Suñen.
Lo pueden escuchar en Radio Clásica de 14 horas a las 15 horas.
Lo repiten los sábados de 5,30 a 6,30 de la mañana. Por si les cuesta dormir.
Aficionados a la música que no se dedican a la música seleccionan piezas favoritas.
En una hora los invitados tampoco pueden poner obras extensas. Optan por fragmentos intensos y muy bien seleccionados.
Los invitados suelen ser destacados profesionales liberales o académicos o científicos. De momento no he escuchado a ningún excartero intervenir en Juego de espejos y no le estoy dando ninguna idea al estupendo director.
Jorge Guridi es un especialista de talla mundial en el cerebro humano y en su estimulación.
Opera el cerebro y nos ha explicado que la emoción tiene su zona concreta de ubicación en el y que esta área cerebral es la responsable de que escuchando por ejemplo Las Variaciones Enigma de Elgar nos disolvamos de placer y de gusto y de que se nos salten las lágrimas.
Este excepcional cirujano español es un mozartiano de pro.
Nos ha puesto el movimiento lento del concierto 23 de piano del genial Mozart.
Y una pequeña y sencilla obra sacra bellisima que compuso Mozart mientras viajaba a ver a su mujer que estaba haciendose unas curas en un balneario cercano a Viena.
La música culta y de ahí su valor terapéutico consigue el milagro de activar las zonas mas sublimes de nuestro cerebro que es por cierto para Jorge Guridi el mayor milagro de la creación.
Ha seleccionado también este humanista medico de las Variaciones Goldberg de Bach la número 29 y en la versión de Glenn Gould -estaba afectado el legendario pianista canadiense de una enfermedad degenerativa cerebral- pero la primera que grabo en 1.955 porque la considera mas juvenil y rápida y atractiva que la que grabo en plena madurez premortem en 1.981.
La gran música culta es tan compañera inseparable de un neurocirujano eminentisimo como es Jorge Guridi como de un modesto inculto pensionista como soy yo.
Nos democratiza.
Nos une al margen de nuestra clase social y de nuestro nivel económico.
Y nos hace mas felices.
Porque objetivamente estimula aquellas áreas neuronales de nuestro cerebro que son donde radican nuestras emociones mas nobles y placenteras.
Hellín a 12 de Diciembre de 2.010.
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