Del año 78.
Una película crepuscular y redonda.
Billy Wilder me esta proporcionado tardes esplendidas en mi refugio peñiscolero. Cada tarde un filme de este director tan formidable. Una gozada.
La tentación vive arriba -increíble lo de meter las bragas y los sujetadores en la nevera por parte de la apetitosa Monroe-, Con faldas y a lo loco y esta genial Fedora.
Porque el cine serio es lo que mejor se le daba al portentoso realizador vienes. Y guionista increíble pero mejor creador de encuadres inolvidables. Visual y visual. Eso es el cine eterno.
El crepusculo de los dioses es su gran obra cumbre.
Y Fedora retoma el tema décadas después. Cine dentro del cine.
Cine por cierto de detritus humanos. De perdedores. De antiguas estrellas envejecidas y acabadas.
Muy cuidada formalmente esta Fedora.
De tonos azulados.
La música de Miklos Rozsa es sensacional.
Llena de lirismo e inseparable de las imagenes.
Marthe Keller me encanta. Que guapa y atractiva es. Que sexual. Que maravilla de mujer.
El papel de su vida.
Peñiscola a 10 de Agosto de 2.009
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