Me gusta mucho el violonchelo.
Es una preciosidad su sonido. Tan melancólico y triste.
Además lo he tenido muy cerca y francamente Ramón Gonzalez es un interprete de primera.
Pilar Valero al piano.
Nos ha ido presentado las obras. Mujer muy elegante. Y sus dedos un prodigio. Es concertista.
Un privilegio poder ver en directo a estos dos músicos.
Una vez al mes, mas o menos, la CAM trae a Jumilla un buen concierto de formato pequeño.
El Auditorio es confortable y el Aula esta muy céntrica. Enfrente del mercado de abastos.
Es gratis y nos juntamos 50 personas calculo que no esta nada mal al ser entre semana las actuaciones. Y la música culta atrae poco. Por desgracia.
En la primera parte Faure y Chopin.
En la segunda música española.
Una hora larga entretenida.
Y con críos en la sala lo que es bonito. Los padres los llevan y los niños van acostumbrándose. Y no se portan mal del todo.
Tiene Jumilla tradición de buenos músicos. Y va programando sus cosas.
De esta manera vas creando un público -que siempre sera minoritario- pero el que siembra recoge.
Aunque escucho mucha música en casa no es lo mismo verla y sentirla en vivo.
Suena diferente. Mejor. No tan perfecta pero mucho menos monótona. Es una experiencia irrepetible porque cada concierto es diferente. Depende de muchos factores y de la evolución lógica del interprete a la hora de entender la pieza.
Luego llega a casa uno no muy tarde y cena -poco- y recuerda lo que ha escuchado.
Cuando lee los historiales de los músicos se da uno cuenta de la vocación, estudio y sacrificio.
Muchos años. Dan clases y hacen giras . Han fundado grupos.
Pero merece la pena. Ellos se lo pasan bien porque hacen y viven de lo que les gusta y los aficionados -no soy melómano ni entendido- respetamos su trabajo, lo valoramos y reflexionamos sobre ellos y sobre nosotros.
Hellín a 11 de Febrero de 2.009
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