Después de dos filmes bélicos buenos pero algo planos para mi gusto vuelve por sus fueros el último gran realizador clásico del cinema americano.
Un creador portentoso.
Ha ido diseñando un personaje cada vez mas trascendental y calvinista. Su rostro es el de una especie de Miró anciano pero con un metro más de altura y medio mas de espalda. Sus ojos pequeños son tan expresivos como los del genial barcelonés.
Y su estilo cinematográfico cada vez mas desnudo y simple.
Mas bachiano que nunca con gran economía de medios. La sencillez compleja de El Arte de la Fuga.
A ratos -he tenido la gran suerte de verla en versión original- parece una cinta independiente y hasta experimental.
Llena de silencios. Y de lentitud.
Los actores con esa frescura que consigue mi admirado director con pocas tomas y ensayando mucho antes del rodaje.
Película de detalles visuales.
Esas alambradas mientras se confiesa porque se va a inmolar por sus amigos amarillos.
El gran fracaso de su vida sus hijos a los que mas que detestar no entiende ni ellos a él.
Terminal por el tabaco -me imagino- como un samurai se deja matar para que enchironen a los canallas que han violado y desfigurado a su descarada joven colega amarilla.
Es racista nuestro héroe pero en el fondo es mas un carcamal cascarrabias mal hablado que un real xenófobo fascista.
Entretenida y profunda.
Lo ideal.
Llevaba días sin ver cine casero. Ya no voy al cine. Caro y cada vez menos salas.
Ya estoy reconciliado con el séptimo arte. El Gran Torino ha obrado el milagro y ha curado mi inapetencia cinéfila de estas últimas fechas.
Gracias. Eres un pedazo de artista Clint.
Hellín a 15 de Marzo de 2.009
No hay comentarios:
Publicar un comentario