Hace unos días les hable de Ciudadano Kane y de Orson Welles:
La he vuelto a ver esta calurosa tarde de Junio.
Es una obra de arte. 120 minutos prodigiosos e insuperables.
Fue votada como la mejor película de la Historia del Cine y puede que lo sea.
Desde luego es la mas influyente e impactante.
Porque nos habla del poder. De la ambición de poder mejor dicho.
Que irremediablemente conduce a la soberbia en un primer momento y a la locura posterior. A la soledad. El plutócrata al final acaba solo. Siempre.
En un filme lleno de secuencias antológicas.
Sobrecoge el mitin de este ciudadano ejemplar tan mujeriego.
Estos carteles. Esos contrapicados y picados. Esas grúas.
Con 35 años Orson Welles nos dejo una obra maestra a la que siguieron 11 más.
Tan buen actor como realizador, guionista o Director de Teatro.
Un niño prodigio. A los 10 años ya dirigió su primera función.
Aquí en España hemos tenido un ciudadano kane pero de pacotilla.
Un autócrata. Una mala persona. Franquista y luego socialista.
No se llego a meter en política pero pintaba y decidía mucho.
Ayudo a tumbar a un gobierno democrático con una campaña infame de mentiras.
Fue inteligente y se dedico a sus negocios porque a los políticos los tenia en nomina.
Y a jueces.
¿Por qué es tan buena Ciudadano Kane?
Actores de primera, guionistas de primera (Herman J. Mankiewicz) , un músico de primera (Bernard Herrmann) y un fotógrafo/cameraman monumental de primera (Gregg Toland).
Todo ello sabiamente mezclado por un genio.
Tan fácil pero tan difícil.
Hellín a 23 de Junio de 2.009
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