martes, 30 de junio de 2009

DOS EN LA CARRETERA DE STANLEY DONEN MAGISTRAL RETRATO DE LA DEGRADACIÓN IMPARABLE DE TODAS LAS PAREJAS CASADAS O NO. EL MIEDO A LA SOLEDAD LAS UNE.


Que película mas extraordinaria es Dos en la carretera (Two on the road, 1967).
Su final feliz es un pegote porque el lógico final de esta pareja es la separación sin mas. La he encontrado esta vez al volverla a vez muy amarga y triste. Insoportablemente amarga. Cosas de la edad y de la vida. La vida. La dichosa vida.
Estéticamente es una maravilla.
No solo los paisajes sino también los modelitos que me lleva la bellisima Audrey Hepburn.
Albert Finney es un actorazo de carácter.
"Que son dos personas que no se dicen una palabra durante horas: un matrimonio".
Genial y tan real como la vida misma.
"Que es un matrimonio: Quien se queda el piso y cuanto me pasas y los críos pues vaya problema".
El guión de esta mítica película es bueno pero mejor es el montaje.
El gran papel de los editores.
Que es como los llaman en el mundo anglosajón a los montadores.
Henry Mancini le da ese toque de exquisitez con su elegante música que mi idolatrada Audrey tampoco necesita pero que le viene muy bien ¡Como lleva cualquier trapito esta frágil pero poderosa mujer!
Hellín a 30 de Junio de 2.009

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