lunes, 9 de noviembre de 2009

DOS HORAS Y MEDIA DE UN CINE QUE ESTREMECE POR LO CANALLA QUE SOMOS CUANDO NOS DEJAMOS EMBAUCAR POR LOCOS: EL PIANISTA DUELE Y MUCHO. UN APROBADO ALTO


Roman Polanski es un excelente director con una formación solidisima en su Polonia natal.
Luego fuera del telón de acero rodó y ha rodado películas soberbias.
Un realizador que conoce su oficio.
Ahora en el candelero por una historia que tuvo con una adolescente hace décadas y décadas.
Hoy día 9 de Noviembre 20 años de la caída del Muro de Berlín.
Por lo menos en Europa el comunismo totalitario genocida ha pasado a la historia aunque conservan algunos países rasgos dictatoriales de una ideología que junto al nazismo llenaron de millones de víctimas el mundo entero.
El fenómeno del nacional socialismo que es lo que vemos en El Pianista en toda su crudeza y horror es incompresible o comprensible.
Que un loco enfermo de atar lograra camelarse a la culta sociedad alemana barriendo en elecciones mas o menos competitivas es digno de estudio pero de psiquiatria social.
Lo del ghetto de Varsovia fue dantesco.
Hacinan a los judíos y los van exterminando y como no caben en esta ratonera urbana a los campos de concentración a liquidarlos por millares.
Nuestro protagonista -un esplendido Brody- es un sensible pianista que se ve envuelto por su condición religiosa y social que no racial porque razas puras no existen hace siglos y eso esta mas que bien porque lo puro no es bueno, sigo, Brody sin comerlo ni beberlo envuelto, repito, en un drama familiar brutal.
Polanski conoce bien lo que fue la solución final.
Pero su filme es sobrio y hasta casi conductista. Y es casi lo que mas me atrae de esta notable cinta.
Los verdugos son inhumanos.
Porque no tienen corazón porque el canalla de Hitler y compañia han lavado el cerebro a millones de personas adultas con métodos científicos de propaganda de masas.
Bellisima la imagen de su amada chelista tocando una suite de Bach. Embarazada de otro pero un ángel en el lodazal en que se encuentra nuestro martir músico.
Cuando salta el muro impresionante como han dejado los nazis el ghetto. Una zona cero.
Ese largo plano final con nuestro virtuoso tocando un hermosisimo concierto para piano es una maravilla.
No se fíen de todas formas de los melómanos.
Hitler lo era. Y fijense la que lio el majareta demente.
Para compensar les comento cuando la encuentre Katyn del maestro Andrzej Wajda.
Decenas de miles de oficiales polacos asesinados por los comunistas rusos durante la Segunda Guerra Mundial.
Los totalitarismos se llamen como se llamen son lo mismo: exterminio, exterminio y exterminio.
Hellín a 9 de Noviembre de 2.009

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