lunes, 21 de junio de 2010

DE VUELTA A HELLIN ESCUCHO EN EL CD/RADIO DE MI COREANO EL CONCIERTO DE VIOLIN DE BRAHMS: ASPERO Y ESTRIDENTE. SUENA A DESESPERADO. ES MUY BELLO.


Es la sensación que me ha dado mientras iba llegando por la autovía a la bella ciudad de Valencia que tanto me gusta.
La versión ha sido imponente y el prodigioso solista decía en una entrevista previa que aunque ha tocado mas de 100 veces este concierto de violín de Brahms no duerme pensando que lo tiene que volver a interpretar y que el último movimiento es imposible de ejecutar.
Tal vez este carácter de obra extremadamente difícil y exigente es lo que convierte a este concierto de violín de Brahms en toda una experiencia difícil de olvidar y que te marca como oyente.
El enfrentamiento entre la orquesta y el violín es brutal y fratricida.
Parece música contemporánea. Música cruel y extremadamente inhumana.
Música violenta y hasta física pero llena de expresividad y bellisima.
Lo que tienen los genios como Brahms.
Se adelantan a su tiempo y resulta que mas de 100 años después de su muerte el alemán parece mucho mas moderno que los compositores modernos actuales.
Culminación del clasicismo Brahms siempre sorprende para mejor.
Ahora le voy a meter mano a la estupenda integral de Brilliant que la tengo algo abandonada de mi admiradisimo Brahms.
Hellín a 21 de Junio de 2.010.

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