De 1.940. Paso al Noroeste.
Con Spencer Tracy, Robert Young, Walter Brennan. Un fabuloso Spencer Tracy. Como siempre.
Y King Vidor de mágico creador de una extraordinaria película de aventuras.
Muy cruel.
Antológica la secuencia de la matanza de los indios.
Las guerras son guerras. Siempre.
Exterminio y genocidio.
Unos rangers que consiguen una proeza a cambio de perecer no pocos y de padecer un hambre espantosa.
Me acordaba de esa obra maestra de Charles Chaplin. La quimera del oro. Un pavo gigantesco en la delirante cabeza del hombretón en que se convierte el escuchimizado y genial payaso. O la vieja bota cocida que se come como si fuera un manjar el legendario Charlot en la fría y destartalada cabaña.
El deseo de comer se convierte en la obsesión de estos soldados tan peculiares.
Algunos enloquecen.
Con un ritmo trepidante. 120 minutos apasionantes y muy cortos.
Me recordó a la no menos redonda Tambores Lejanos. Del tuerto Raoul Walsh.
Intento conseguir una copia visible de Paso al Noroeste.
La que nos ha pasado la tele pública privada tan cara del Sr. Hereu, el alcalde de BCN, BTV, de juzgado de guardia.
Me decía mi madre si era coloreada.
Lo parecía.
La primera en color que rodó el gran King Vidor.
Irrepetibles estos filmes. Eran Directores con mayúsculas. Sí.
Eran artesanos con talento. No aspiraban a ser artistas. Ni falta que les hacia. Sí
Ahora nuestros galardonados y subvencionados directores de cine con minúsculas son "artistas" pero sin talento. Sí.
Hellín a 26 de Abril de 2.009
2 comentarios:
La quimera del oro la guardo como si fuera una reliquia. Saludos.
Y Luces de la Ciudad. para mi su gran obra maestra
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