Un autentico cuello de botella a la altura de la Iglesia de Belén cerca de la Virreina a pesar de ser laborable. Morir de éxito. La Ciudad Condal saturada.Las mucho menos conocidas Ramblas de Hospitalet de LLobregat presentaban una gran aspecto el día de Sant Jordi. Merece la pena pasearlas cualquier época del año. Recomendable. Tranquilidad y calma urbana.
Este pasado 23 de Abril ya estaba a las 10 de las mañana en la aristocrática Rambla de Cataluña.
Espectacular el chirinquito de la Diputación enfrente de su emblemático edificio que hace esquina con la Diagonal.
Allí cargue de publicaciones.
Cuando volví sobre la 13 horas había volado todo lo gratis.
A esa temprana hora se podía pasear por esta calle tan señorial y hermosa del Barcelona.
A la altura de Aragón la cosa se ponía peor.
Cuando llegué a Canaletas el espectáculo de las maravillosas Ramblas primaverales me emocionó
Lo tengo que reconocer.
Vecino de estas durante tres años nunca te cansas de recorrerlas.
Cuando me acerco a la altura del Palau Moja imposible andar.
Ni intente entrar en la Boqueria.
El Liceo me decepciono porque no estaba abierto al público como hace 5 años, el ultimo San Jordi que viví en BCN.
Cojo la calle Ferran y de nuevo muchisima gente en la Plaza San Jaime.
No me apetece hacer cola y no veo de nuevo el magnifico Ayuntamiento ni el Palau de la Generalitat que les recomiendo hoy día de Sant Jordi en jornadas de puertas abiertas.
Cansado y agobiado de tanta muchedumbre atajo y subo por la Via Laietana.
Subo el Paseo de Gracia. Imposible por cierto la Plaza Cataluña del gentío tremendo. Colas kilométricas para ver la fascinante y carisima Casa Batllo que acabó Gaudi.
Entro en el Palau Robert. Les gloso en el blog politico una magnifica exposición sobre Ernest Lluch. El catalogo es impresionante. Ha debido costar un riñón. El bueno de Ernest se merece esto y mas. Les pongo el enlace del articulo:
Cojo la linea azul.
Bajo en Rambla Justo Oliveras en L´H.
Recorro el cuco paseo hospitalense.
Me encuentro a un quesero de Socuellamos.
Hablamos de las prodigiosas Lagunas de Ruidera ahora llenas de agua. De su incierto futuro.
Muchisima calor toda la mañana.
Llego a mi domicilio familiar en mi buen barrio de la Florida agotado.
Sudado.
Cargado de libros y revistas.
Ha merecido la pena. Cinco años después la Diada de Sant Jordi sigue siendo el mayor espectáculo del planeta.
Hellín a 28 de Abril de 2.009
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