De verdad se queda uno estupefacto viendo como lleva a este orqueston alemán este genio de la batuta:
Violentisima versión. Sensacional y emocionante. Tiene uno la impresión que los profesores estén hipnotizados por los movimientos de esas manos tan elegantes pero también tan energicas de Kleiber hijo y tocan en estado de trance.
Esa búsqueda de lo absoluto hizo que Carlos Kleiber llevara una vida no bohemia pero parecida a ella.
No llegaría al extremo que apunto Karajan de solo dirigir cuando se le acababa la comida de la nevera pero casi.
Gracias a Internet podemos ver grabaciones antológicas de estos grandes directores de orquesta. De los miticos. De los mejores.
Es la ambivalencia de la Red. Lo mejor y lo peor. Lo mas sublime y lo mas repugnante.
Hellín a 7 de Diciembre de 2.009
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