miércoles, 3 de septiembre de 2008

HITLER CONTRA CHARLOT: EL PAYASO DEL BASTÓN Y EL BOMBÍN SE IMPUSO A UN DEMONIO EXTERMINADOR DEMENTE PERO ELEGIDO DEMOCRATICAMENTE ¡QUE MIEDO!


El genocida carismático Adolfo Hitler que inmortalizó su directora de cine y ¿amante? Leni Riefenstahl en 1.934 en El Triunfo de la Voluntad.


Charlot que no exageró tanto al imitar en El Gran Dictador al que osó quitarle el bigote. El inglés nunca se lo perdonó.

Me ha resultado bastante plomífera El Triunfo de la Voluntad, el documental que rodó Leni Riefenstahl en 1.934 en Nuremberg sobre el mastodóntico y wagneriano Congreso del partido nazi.

Descolla la impresionante capacidad oratoria de Adolfo Hitler.

La mayoría de las veces sin papeles. Sin improvisar. Todo muy medido y con pausas magistrales que van aumentando la tensión entre las masas que abducidas por el Caudillo, su místico guia, se dejan llevar al final a modo de un coito que alcanzando el climax desciende luego su intensidad poco a poco desde el delirio inicial hasta la extenuación placentera final de la muchedumbre irracional e infantil que por unos minutos se ven enganchada a lo que el austriaco demente llamó el Movimiento ¿Les suena esa expresión?

Nunca podremos entender del todo como un pueblo culto -el más culto- pudo dejarse seducir por una pandilla de embusteros mafiosos charlatanes tan peligrosos.

Me dirán que si su dominio de los medios informativos, pero eso no lo explica. El miedo, puede que en mayor medida sea el culpable. Es lo más efectivo. Funciona siempre. Lo vemos en España en las Vascongadas todos los días. Más que la violencia que es solo un medio del amedrantamiento, que si es continuo y persistente, vuelve cobarde a la sociedad.

Reflexiona uno que hacer contra alguien como Hitler que se lleva de calle a la gente en una elecciones bastante democráticas. Si te sumas a él, mal, porque eres como él. Si lo combates eres un incomprendido. Y pierdes, no ya amistades, sino conocidos, porque un amigo es mucho más que seguir a un líder. Debió ser lo que ocurrió en la Alemania de aquella época.

En la década de los 30 no pocos íntegros ciudadanos pagarón con su vida su oposición precoz al nacional socialismo.

No fueron visionarios. Ficharon desde el primer momento al personaje que en vez de hablar, escupía y ladraba. Fueron cívicos y valientes.

Ha leído uno mucho sobre la excrecencia "democrática" alemana.

13 millones de votos son muchos votos.

No les canso más. Hoy día de mercado frutero en Hellín. Septiembre empieza caluroso de día pero ya fresco de noche. Apetece darse paseos vespertinos. Sintoniza uno Radio 2, la emisora de música clásica, y tal vez pille una bella obertura de Wagner.

Hipnótico y denso el compositor teutón. Muy racista pero nunca un precedente de los nazis. La económica orquesta rumana de Timisoara nos brindo hace ya años una prodigiosa versión de uno de estos dificilisimos movimientos. El 2.007 en Granollers, la OSV, de la que soy miembro de su Fundación, lo bordó. Un excelente viola algo colocado por Ricardo me lo repetía: con esta música, una buena escenografía y un piquito de oro te camelas a toda una nación.

Somos así los seres humanos. Débiles y muy manipulables. La mayoría. No todos, cojons.

Hellín a 3 de Septiembre de 2.008.

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