El realizador francés Robert Bresson. Un bicho raro. El paradigma del cinematógrafo trascendental y alejado de cualquier moda o artificio. Duras de roer sus películas pero hermosas y espirituales. Inferior a Dreyer pero un pedazo de artista que les recomiendo pero están avisados: dificil y muy ascético.La novela de George Bernanos en la que se basa la película es toda una obra de arte.
La leí de muy joven y me impresionó. He dejado de lado la ficción literaria y muy difícil va a ser que la relea porque además no releo nunca las novelas, ni las que marcaron, como esta.
Parecería imposible hacer un filme de tan compleja narración porque solo un realizador ascético, extraño y lleno de espiritualidad puede intentar trasladar a la pantalla el sentimiento religioso católico militante del extraordinario escritor francés.
Pues les tengo que confesar -ya empiezan a conocerme y cada vez son más los lectores de este también diario, pero de un ateo calvinista, como en mi caso- que no pude -se me atraganto- en un primer pase acabar de ver El diario de un cura de campaña (1.951)
Se me hacia indigerible.
Tal vez porque me pillo algo depre. Con las defensas psicológicas bajas.
Con exceso de gases. Que no podía acabar de verla, repito, amigos.
Le dí a Pause al lector.
Acabé de ver la Vuelta que llegaba a la contaminada Puertollano.
Y la retomé.
Lo poco que me quedaba pendiente -20 minutos- de unas dos horas de durisimo metraje me entraron ya sin problemas.
Las ventajas de tenerlas en tu casa grabadas. Que no te apetece visionarla pues la dejas para otro momento. Para cuando te motive.
Señal que Robert Bresson nunca cedió en sus pretensiones -me enloquece Carl Theodor Dreyer pero veo al danés mucho más humano y ameno- es que todo un cinéfilo desista en el intento de deglutir uno de sus habituales correosos filmes.
Intentó el janseista director galo, plasmar en sus atípicas películas toda la dureza de la vida y desnudar el alma humana aunque para ello deba reducir al máximo la expresividad de unos actores que irradian autenticidad y sinceridad y que recitan más que actúan.
Toda una experiencia -exigente y sacrificada- enfrentarse al reto de volver a ver la filmografia de este peculiar artista. Ya no se hace cine de estas características. Es que se ha hecho muy poco. Y nos hemos acostumbrado a lo frívolo, superficial y externo. Nos cuesta leer cada vez más a los clásicos. Escuchar enteras sinfonías. Y hasta conversar sin prisas y prestando atención. Deprisa, deprisa vivimos y también morimos sin darnos cuenta, pero poco a poco y con escasas posibilidades de salvarnos sino hemos sido elegidos por el Creador.
Les pongo una breve semblanza y el enlace de nuestro siempre dificil Bresson:
"Robert Bresson, (Francia, 25 de septiembre de 1901 - 18 de diciembre de 1999), cineasta, autor de una serie de películas en las que desarrolló un discurso en busca del total y absoluto ascetismo, aspirando a captar aquello que escapa a la mirada ordinaria.
Tras abandonar la pintura y la fotografía, Robert Bresson realizó su primer film en 1934: Les Affaires publiques, un cortometraje cómico. Recién empezada la Segunda Guerra Mundial, fue apresado por más de un año en un campo de concentración alemán......
"Hacia el final de su etapa de director, en 1975, publicó el libro Notes sur le cinématographe (Notes sobre el cinematógrafo), un compendio de aforismos con los que defiende su visión del cinematógrafo que él distingue de cine. En efecto, él piensa que el cine es una especie de teatro filmado, mientras que el cinematógrafo representa una nueva escritura visual de imágenes en movimiento y de sonidos, relacionados por montaje.
En 1995, la totalidad de su obra, compuesta de un total de 13 largometrajes (cantidad relativamente baja) fue distinguida por la Académie française du cinema con el Premio René Clair."
http://es.wikipedia.org/wiki/Robert_Bresson
Hellín a 2 de Septiembre de 2.008.
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