Siempre que subo a mi ciudad me acerco a este inquietante museo.
No tiene perdida.
Muy cerca de la estatua de Colón y al lado de la fea Torre de oficinas. Las Reales Atarazanas -bellisimo edificio gótico- al ladito.
Les tengo dicho que cuando se aproximen al arte contemporáneo lo hagan sin apriorismos ni prejuicios absurdos.
Cogen el ascensor panorámico y verán como el claustro se va haciendo cada más pequeño a media que llegan a la segunda planta.
Esta vez unos cascos de motoristas iluminados de manera intermitente me han causado una impresión extraña de bastante desasosiego.
Una estructura de madera que vi hace meses al final era un sarcófago gigante.
Muy poca gente normalmente en el Centro de Arte de Santa Mónica.
Por la noche en la cercana calle Santa Mónica -la reina de los travestis del mundo- un bar musical mítico y único. El Pastis. Si sigue el mismo dueño, pues no era muy simpático. Pero merece la pena pasar un rato y además suelen dar actuaciones en vivo.
Si les quedan fuerzas al KARMA. En la Plaza Real. Una cueva. Hasta las 6 ó las 7 de la mañana y luego -tantas veces- a currar.
Hellín a 27 de Septiembre de 2.008.
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