Mia Farrow intenta pedir ayuda para escapar de los brujos que la han abducido. Da pena la chica o ¿chico?: Ava Gadner dixit a Frank Sinatra cuando el artista se esposó con la flacucha pero tan atractiva actriz a la que engaño luego el pedófilo y mediocre clarinetista.Roman Polański rueda en 1968 una apasionante película de más de dos horas que he vuelto a ver con verdadera fruición que bordea mi apasionamiento hacia todo lo que suene a demoniaco.
John Cassavetes es el marido que a modo de un Mefisto americano vende no ya su alma al diablo sino su futuro hijo para triunfar el mundo de la farándula, él un mediocre actor del montón.
Pinchen el enlace del gran John he intenten ver todas los filmes que puedan del excepcional realizador yanqui que se gano la vida a modo de un moderno Welles encarnando memorables personajes como este canalla que utiliza el vientre de su "chico" -esplendida Mia Farrow- para conseguir sus retorcidos fines.
No he leído la novela de Ira Lewin sobre la que se basa la cinta.
La he visionado una tarde casi ya otoñal en medio de la sierra profunda, caciquil y destrozada por los compañeros y cada vez más y de manera más irreversible, paisajes, monumentos y también las cobardes y pasivas personas -es un decir- que habitan estos núcleos rurales.
Ya les contaré. Y disculpen estos días de inactividad bloquera. Algo saturado he preferido cargar, en mi caso, mis enormes baterías mentales y volver con ganas de plasmar en este diario digital mis últimas impresiones y vivencias culturales
No se fíen de los vecinos y más si les empiezan a invitar a cenar. Algo quieren. Ni de los gobernantes que sustituyen la buena gestión por comilonas que incluyan paelladas, chocolatadas y demás limosnas.
Primero te captan. Luego te lavan el cerebro. Son las sectas. Ya sean civiles o religiosas. Ya sean centenarias o de nueva creación.
Aprendan del buen cinema como yo hago. No se limiten a pasar el rato. Saquen conclusiones. Yo me lo paso bien de esta manera y luego escribiendo intento -con dificultad- hacer llegar a mis lectores las fobias, obsesiones y fijaciones que una obra maestra como es La semilla del diablo me provoca.
No se fíen de los vecinos y más si les empiezan a invitar a cenar. Algo quieren. Ni de los gobernantes que sustituyen la buena gestión por comilonas que incluyan paelladas, chocolatadas y demás limosnas.
Primero te captan. Luego te lavan el cerebro. Son las sectas. Ya sean civiles o religiosas. Ya sean centenarias o de nueva creación.
Aprendan del buen cinema como yo hago. No se limiten a pasar el rato. Saquen conclusiones. Yo me lo paso bien de esta manera y luego escribiendo intento -con dificultad- hacer llegar a mis lectores las fobias, obsesiones y fijaciones que una obra maestra como es La semilla del diablo me provoca.
Una reflexión sobre los curanderos que usan las peligrosas hierbas para prometer hasta la curación del cáncer.
Son todos unos tunantes. Sean médicos o no. Peor que lo sean. Ningún buen facultativo te prescribe un medicamento sino te hace falta. Uno escucha como después de la Guerra Civil española la llegada de la penicilina fue la salvación de enfermos condenados a una muerte segura. Una infección mayor, por diferentes causas, con un antibiótico adecuado puede ser frenada y el mal uso de ellos no justifica la mala fama que les dan los que no son ni capaces de curar una gripe o no hablemos ya una diabetes o una neoplasia o una depresión mayor.
La pobre Mia es envenenada e intoxicada. A base de batidos, hierbajos y demás porquerías. Un prestigioso ginecólogo rompe su código deontológico y ayuda a gestar un satán. El poder de las sectas. No conocen formación académica alguna. Huyan de ellas. Si pueden. Si les dejan. Si aceptan dádivas de ellos ya están atrapados.
Les pongo al final unos versos de Edgan Allan Poe de un antología bilingüe que ha aparecido haciendo un nuevo traslado de mi modesta biblioteca, pero esta vez por motivos de deterioro irreversible por causa de las humedades tan imposibles de erradicar. Que les guste y desde aquí a Silvia, redactora de El Periodico de Cataluña, gracias por su atenta llamada del otro día.
De adolescente gané algún concurso literario. No me acordaba de que había escrito unas mediocres lineas estivales sobre mis "avacaciones" de este año -y de los próximos años- por culpa de la dichosa hipoteca.
Cuando suba a finales de mes a Barcelona para ver exposiciones y tomar el pulso a la Ciudad Condal en sus fiestas patronales tan cívicas y tan poco festivas y carnavaleres, amiga, me acerco al Ensanche a vuestras oficinas y recojo lo que a bien hayáis tenido el detalle de premiarme . Si al final uno va a tener que subsistir a base de lo tanto me cuesta crear y tanto me duele expresar.
Unir palabras e intentar darle sentido a este maremagnum siempre enigmático y apasionante que es el imposible arte de la dificilisima escritura. Y siempre describir la realidad mucho más complejo que crearla, amigos y enemigos.
Oscuros valles y tenebrosos pantanos,
sombríos bosques,
cuyas formas no podemos adivinar
al impedirlo las lágrimas que caen por todas partes.
Enormes lunas que aparecen y desaparecen
una vez y otra vez, y otra vez,
a cada momento en la noche
-siempre cambiando de lugar-
y oscurecen los rayos de estrella
con el aliento de sus pálidos rostros.
PAÍS DE HADAS - Edgan Allan Poe - Poesía completa- Libros Río Nuevo.
Editorial Ediciones 29- Barcelona. Sexta Edición. Mayo de 1.981.
P.D: Si se acercan a BCN para la Mercé en la Feria del Libro de Ocasión pueden adquirir a precios imbatibles joyas como la arriba reseñada. En el aristocrático Paseo de Gracia. Por allí pululare esos días. Ya no compro. Hojeo. Sinceramente siempre cae algún ejemplar. Pocos pero alguno. Un vicio pero confesable. Mal lector de poesía soy. Mejor hacedor de versos. Tampoco gran cosa.
Hellín a 9 de Septiembre de 2.008.
No hay comentarios:
Publicar un comentario