No conozco la novela famosisima de Tom Wolfe.
Esta versión cinematográfica de Brian De Palma es muy malota.
La salva el extraordinario Morgan Freeman.
Un juez con agallas y vehemente y lúcido. Y mal hablado.
Sin decencia no existe ley que valga. Un actor que llena la pantalla. Excepcional.
Melanie Griffith ya empieza a pesar de que esta todavía muy potable a dar señales de sus excesos.
En Doble Cuerpo que rodó solo 6 años antes también con De Palma estaba mucho mas guapa y atractiva y persuasiva.
De 1.990 esta Hoguera de las vanidades en sus dos largas horas de excesiva duración deambula de manera torpe por el genero de la adaptación literaria de un best-seller.
Me imagino que nuestro director se sacaría una buena tajada con este flojo filme pero el producto final es mediocre y lo que es peor aburrido.
Hellín a 22 de Enero de 2.010.
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