Ha sido a raíz de no poder entrar el otro día en Cieza a la representación teatral de Ser o no ser que me he motivado y he vuelto a ver la extraordinaria película del excepcional Ernst Lubitsch.
Estuvo prohibida creo recordar o censurada porque yo la vi como El gran dictador una vez muerto Franco.
Rodada en 1.942 cuando nuestro genial realizador tenia ya 50 años es mucho mas que una comedia.
Es una obra de arte muy valiente y comprometida.
Tiene lo que debe y requiere tener una obra de arte.
Perfección y emoción y humanismo.
Y en el caso del vividor Ernst además ironía y mala leche.
Ser o no ser es un filme extremadamente complejo y complicado. Es pluscuamperfecto. Redondo.
De los más densos que conozco y varias decenas de miles de películas he visto en mi vida.
Los personajes de esta compañía de teatro se ven envueltos en mil y una peripecia.
El nazismo esta retratado de manera cruel e implacable.
Lo peor de los nazis es que no tenían ningún sentido del humor porque a los totalitarismos no les gusta el humor.
Son sistemas dictatoriales inhumanos, genocidas y aburridos.
Hitler es escaneado de manera mas que magistral.
No bebe, no se pega juergas y no come carne.
Es un loco demente. Es un aburrido y un amargado.
Es un amargado, reitero, de la vida y por eso estuvo obsesionado en obligar a todos sus súbditos a vitorearlo con un taconazo cada vez que se le nombraba.
Lo horrible del nacionalsocialismo en una comedia fantástica. Impresionante.
Lo que es el teatro. El buen teatro. Enredo y mas enredo. Y grandes actores. Primera figuras y actores de reparto.
Me quede sin ver la representación teatral por falta de una entrada pero recupero a Lubistch.
Menuda vida llevo y que maravillas nos ha dejado.
Un genio. Un cachondo. Las dos cosas unidas.
Hellín a 24 de Febrero de 2.010.
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