El arte o es libre o no es arte.
Debe ser ajeno al poder aunque se pueda llevar bien con el poder pero nunca someterse a el por un plato de lentejas.
De lo que va de una película como Invictus del maestro Eastwood a Celda 211.
Ya comente que la cinta del critico metido a director es inverosimil e incoherente con el discurso de su autor de que agradece a los funcionarios de prisiones su apoyo y asesoramiento y luego los trata de torturadores cuando es un cuerpo sacrificado y preparado y cívico.
Nadie en su sano juicio se puede creer lo que nos narra la multipremiada y además los actores sobreactuan hasta limites ridículos. El indio es que es de pena.
Invictus es clásica. Es señorial y elegante. Una gran película llena de valores positivos y democráticos. Deberia pasarse de manera obligatoria en los colegios.
Los actores bordan sus papeles porque son creíbles y Morgan Freeman es Mandela.
Clint Eastwood es un artesano del cinema al que Dios le ha dando talento. Casi 40 años realizando buen cine. Después de tan larga trayectoria ha conseguido ser un maestro pero no antes.
Es republicano el de San Francisco pero puede apoyar a un demócrata y luego criticar a Obama el actual Presidente porque sabe que no habrá represalias y que el puede dirigir porque sus obras dan dinero y dan dinero porque son buenas y son buenas porque rueda lo que quiere y como quiere y porque conoce su profesión y porque entretiene y porque si no rueda buenas películas se va al paro porque nunca tendrá el respaldo de una subvención gubernamental ante un sonoro fracaso económico.
Hellín a 15 de Febrero de 2.010.
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