El moderno Sherlock Holmes (Sherlock Jr.) (1924) creo recordar -no me hagan mucho caso estoy que cada vez mas demenciado, de verdad- planteaba el fenómeno tan vistoso de actores que se metían dentro de la pantalla.
Esa mezcla del cine dentro del cine pero dentro de una película que el protagonista esta viendo.
Esta magia cinematográfica recuperada del que fue el mas grande creador visual del cine mudo como fue el gran Buster Keaton es lo que hace de La Rosa Purpura del Cairo un filme destacable y recordable.
De 1.985.
Divertida y amena y triste. La ambientación es de nuevo fastuosa. La banda musical excelente. Fred Astaire y ese tema que canta con tanta elegancia y delicadeza al final.
Y mas femenina mas que feminista esta cinta porque la pobre Mia Farrow es una mujer esclava de su canalla marido que solo la quiere para pegarle, quitarle el dinero y forzarla.
El cinema como un alimento del alma. Como un opio. Mi opio. Lo reconozco.
Como la opción que tenemos los pobres para viajar y ligar.
En nuestra mente. Sin meternos con nadie.
Ahora las salas de cine tan elegantes y cómodas -por lo menos las de mi ciudad BCN: impagables los sillones/butacas del cine Cataluña- han desaparecido la mayoría.
No las hecho en falta.
En mi sofá de semana fantástica cómodo y digno me estiro ahora ya con la mantita ad hoc y en mi LCD de 32 pulgadas de oferta pero digna veo y veo celuloide del bueno.
Nunca hemos visto tanto cine como ahora.
Nunca podemos tener cientos o miles de películas para nuestro único y exclusivo uso que compartimos sin animo de lucro con otros aficionados.
Nunca la cultura se esta universalizando tanto como ahora para dolor de barriga de los banqueros culturales.
La Rosa Purpura del Cairo un buen entretenimiento.
Le pondría un...6,5 y la recomiendo.
Tal vez me sirva para revisar la obra del estratósferico Keaton. Todo a su tiempo.
Hellín a 27 de Octubre de 2.009
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