De 1.975 es un filme francamante malo La última noche de Boris Grushenko.
No tiene ninguna gracia.
Parece que nuestro admirado Woody Allen lo hubiera hecho con desgana y por cumplir.
La ventaja que es corta la penosa película pero esos 78 pésimos minutos se hacen eternos.
Escuchar la Cantata Alexander Nevski de Prokofiev es todo una bendición. Lo único salvable de esta mamarracha cinematográfica.
Diana Keaton esta bien.
Es una mujer atractiva con esa cara algo redonda y esa sonrisa que te tumba y te seduce.
Una ninfómana.
Ese es su papel y no lo aparenta.
Una cinta para olvidar y devolver rapidamente a la biblioteca municipal de Hellín.
Gracias a la bibliotecaria preparada y atenta que me la busco. Cada vez veo peor y me encuentra encontrar las cosas.
La edad.
Hellín a 16 de Octubre de 2.009
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