Mas allá de la vida es muy compleja.
Son tres historias aparentemente independientes unidas por la muerte que les acecha y la inmensa soledad de los protagonistas.
Dos adultos y un chaval.
Es una película clasista porque vemos el contraste brutal entre nuestro medium amateur pero real y efectivo que vive en un San Francisco industrial y proletario y esta hermosa periodista que se salva milagrosamente del espantoso tsunami indonesio y que esta rodeada de la abundancia más exquisita y del mayor lujo parisino.
En la segunda parte se repite esta situación. Que contraste entre ese hotel de gama alta de la ahora escritora y el cutre establecimiento donde se aloja nuestro vidente.
El muchacho gemelo que pierde a su hermano es un marginado londinense en manos de los terribles asistentes sociales británicos por tener una madre drogadicta y horrible pero menos que los que le adoptan.
A todos ellos le interesa el mas allá y contactar. Coincide este trio en la enorme feria de Parapsicologia que se celebra en Londres.
Contacto es la palabra clave de esta notable cinta que sin ser una obra maestra es apasionante.
Es para mi gusto un pelin larga y decae al final después de un arranque espectacular y con una secuencia posterior tremenda entre Matt Damon y su atractiva compañera del ñoño curso de cocina italiana donde se han apuntado los dos pero para ligar y no para aprender a elaborar pasta.
Casi al final otra secuencia extraordinaria que pasa de nuevo por esas manos de un excelente Matt Damon que excarva en el pasado de su pesado joven seguidor de Internet.
La red nos acerca y también es un peligro. Te pueden identificar en cualquier parte del planeta si se te ocurre poner tu fotografía en ella y si tienes una web o un blog ya estas sentenciado.
Lo mejor el fabuloso momento final.
Esta recreación de lo que vendrá y ese movimiento de cámara circular de la pareja futura. Todo emoción y elegancia.
Vale por las dos horas. De lo mejor que he visionado en muchos años. Recuerda mucho a Vértigo y la memorable secuencia en la habitación con la resucitada espectral Kim Novak que vuelve de entre los muertos.
Clint Eastwood es el último maestro que queda del llamado cine clásico que hemos perdido de todas todas.
El cine que auna talento y oficio.
Cada vez depura mas su estilo cinematográfico el excepcional director californiano.
Estamos ante un realizador austero y cada vez mas seco y enigmático.
Y calvinista y dreyeriano. Siempre lo ha sido. Desde sus primeras películas hace muchas décadas. Con el paso del tiempo se acentúa esta oscuridad opresiva existencial negra que su cine siempre insisto ha tenido.
Ha debido ver muchas veces mi amigo Clint -seguro que mas que yo- Ordet y estoy seguro que no me equivoco.
Como es todo un artista integral la magnifica banda musical es suya también.
Suave e intimista.
Guitarra y piano.
Amante y entendido jazzista sabe muchisimo de música y se nota en el ritmo que impone a sus aclamadas y valoradas y musicales películas.
Le vamos a poner un 8 alto a Mas allá de la vida.
Tendré oportunidad de revisarla de aquí a poco.
No se la pierdan pero vayan descansados y por favor no me entren en la sala con palomitas y colas varias.
El cine es el séptimo arte y para mi el arte del siglo XX sin discusión y se merece un respeto. Esta por ver cual va a ser el arte del siglo XXI. Para mi lo es el mal llamado arte contemporáneo que yo lo defino como el arte de vanguardia o el de últimas tendencias artísticas.
No estropeen una buena velada cinéfila con esas golosinas tan insípidas e infantiles.
Si se prohibe fumar en sitios cerrados públicos no entiendo que se deje comer y beber en un cine aunque uno lo haga a veces y lo reconozca.
Hellín a 27 de Enero de 2.011.
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