El mecenazgo cultural privado en Europa salvo en Inglaterra es difícil que cuaje.
El Estado juega un papel básico en el continente en la cultura.
Tampoco los ricos y menos ricos apuestan por dedicar parte de su patrimonio para crear fundaciones sólidas.
Vemos como coleccionistas americanos luego crean grandes museos como los Clark de los que disfruté en la CaixaForum de Monjuïc una estupenda colección de impresionistas franceses.
Aquí en Europa insisto el Estado es el que mantiene los teatros y auditorios y mas si hablamos de la cara y costosa ópera y de la música culta.
Todo lo que sea por parte del sector privado fomentar y crear cultura pues vale pero costara mucho que cuaje. En tiempos de crisis el apoyo privado a la cultura a bajado mucho como el apoyo público y de ahí la situación crítica en la que se encuentra.
En la Mancha la renta per capita es muy baja y por lo tanto si no se subvenciona la cultura mal asunto. La mayoría de la población no puede pagar lo que valen las localidades en ciudades grandes y no hablemos ya de Barcelona o Madrid.
Otra cosa es despilfarrar en grandes eventos culturales.
No debes acudir a formaciones ni a compañías de élite para dar buen nivel cultural a no ser que un promotor privado se arriesgue que es lo suyo y no endiñarle el muerto a la administración pública.
Por lo menos en el mundo de la música sinfónica que es el que yo mas conozco y me muevo contamos con orquestas nacionales profesionales excelentes y orquestas de jóvenes estupendas y elogiadas fuera de España que son a las que deberíamos acudir.
En resumen si al mecenazgo privado pero sin pensar que va a ser la panacea para los recortes culturales que se están produciendo en nuestro país por motivo de la crisis económica.
Al final de lo que se trata es de dar un servicio al ciudadano.
Que el gestor es público/privado es lo de menos.
Lo importante es la calidad y que el usuario pueda acceder a el pagando una cantidad razonable y en función de su posibilidades.
Un copago como ya se da en cultura casi siempre con descuentos para fidelizar al potencial consumidor de cultura que en la mayoría de las ocasiones no suele ser un aburrido rico ocioso ignorante.
El dichoso copago es siempre contribuir dos veces a un servicio público.
Una por la vía previo de los impuestos y otra por la vía del abono directo en el momento de utilizar el servicio del que se trate.
Que el gratis total se tiene que acabar es evidente pero sin pasarse y en cultura mucho menos.
Cultura y educación y civismo es lo mismo.
Insisto.
Es formar personas educadas y respetuosas y felices.
Esperemos que nuestros políticos españoles entiendan este axioma de una puñetera vez.
Hellín a 7 de Enero de 2.012.
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