Hacia meses que no lloraba viendo una película. Ha sido un buen amigo que me ha comentado que había alucinado viendo un filme del gran Douglas Sirk.
He recordado que hace décadas vi un ciclo muy completo de este fenómeno del celuloide en la filmoteca de Barcelona.
Barroco y un maestro del folletín melodramático. Un alemán que huyendo de nazismo recalo en los Estados Unidos.
Con Rock Hudson y Robert Stack como sus actores fetiches.
Tenia Magnifica Obsesion en la recámara.
Y me apetecía volverla a ver. Debe ser por la mediocridad del cine actual pero he levitado viendo esta historia increíble que no les cuento porque no es creíble que con tan absurda historia sin pies ni cabeza un prodigioso realizador pueda hacer algo que nos trae en vilo durante 100 minutos y lo mejor de todos que acabamos creyéndonos tan inconcebible guión.
No les canso más.
Si la pueden ver pues les pasara como a mí. Nada es imposible. Si se tiene amor. El motor del universo.
Hellín a 27 de Ocutbre de 2.008.
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