Lo han referido esta mañana en Radio Clásica mientras me afeitaba y me aseaba lo de la dificultad superior y temible de la Tercera de Brahms y en concreto su primer movimiento.
Por eso he ido a buscar esta tarde sin falta la Tercera de Brahms a la excelente integral de Brilliant que poseo en mi imposible cdteca.
Tengo una tochazo en la repisa de mi cama de single sobre sinfonías y conciertos donde se analizan de manera pormenorizada pero prefiero escucharla yo primero y opinar y luego leer lo que ponen los sesudos autores sobre la Tercera de Brahms.
Vuelvo a oír de manera consecutiva el mencionado temible primer movimiento de la Tercera de Brahms.
Casi 10 minutos en la versión que viene en la integral.
Es un Allegro con brio que aparentemente parece inofensivo.
Recuerda a la Pastoral de Beethoven que tengo unas ganas locas de poderla sentir en Almansa este mes de Julio en su Festival Internacional de Música por la orquesta de la Deutschen Oper Berlin dirigida por Martin Baeza de Rubio.
Llevo décadas sin escuchar la Pastoral en vivo y en directo. De muy joven en el siglo pasado la recuerdo en mi Palau de Barcelona cuando estaba en la veintena edad por cierto que no añoro en absoluto.
Como no me dedico a la dirección orquestal me abstengo de decir si veo o no difícil este fatídico y famoso primer movimiento de la Tercera de Brahms.
El andante que dura algo mas de 8 minutos es intenso y bellisimo.
La música de Brahms es puro clasicismo y destila romanticismo y perfección.
Es la (re) culminación del sinfonismo que culminó su admirado Beethoven.
Debe ser muy difícil de dirigir Brahms y siempre desde la ignorante opinión de un lego porque debe sonar cristalino y equilibrado y no aburrir que es el problema de Brahms cuando se interpreta de manera mecánica y poco profesional. Que aburre.
El Allegro giocoso siguiente que dura 6 minutos es prodigioso.
Una melodia sublime.
De lo mejor que se haya compuesto nunca.
Aqui me quedo.
El último movimiento el Allegro energico lo dejo para otra ocasión que me espera Nadal en la caja tonta.
El andante que dura algo mas de 8 minutos es intenso y bellisimo.
La música de Brahms es puro clasicismo y destila romanticismo y perfección.
Es la (re) culminación del sinfonismo que culminó su admirado Beethoven.
Debe ser muy difícil de dirigir Brahms y siempre desde la ignorante opinión de un lego porque debe sonar cristalino y equilibrado y no aburrir que es el problema de Brahms cuando se interpreta de manera mecánica y poco profesional. Que aburre.
El Allegro giocoso siguiente que dura 6 minutos es prodigioso.
Una melodia sublime.
De lo mejor que se haya compuesto nunca.
Aqui me quedo.
El último movimiento el Allegro energico lo dejo para otra ocasión que me espera Nadal en la caja tonta.
Hellín a 15 de Mayo de 2.011.
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