No voy a entrar en las manías del Sr. párroco de la monumental Iglesia de Santiago de Jumilla.
Lo cierto que si hubiera permitido que la orquesta y el coro y los solistas y el director se hubieran puesto delante del extraordinario retablo y no del coro trasero la cosa hubiera ido infinitamente mejor pero insisto que no voy a entrar en las manías de este cura.
El Requiem de Mozart es una obra maestra.
Dura lo justo y emociona infinitamente. Casi he llorado escuchandolo. Estaba a un metro del bajo.
La joven Orquesta Sinfónica de Jumilla junto a la Coral Discantus y los solistas Eva Tenorio como soprano, Inés Olabarria como mezzosoprano, Francisco Sánchez Marín tenor y el profundo Antonio Torres como bajo coordinados por la eficaz batuta del elegante Nicolás Gálvez nos han regalado un Requiem de Mozart muy digno y competitivo y homologable y cantado e interpretado y dirigido con amor y pasión y ganas que es lo que vale.
Una nota alta a Angel Luis Carillo el director de la excelente Coral Discantus.
Hellín a 14 de Marzo de 2.011.
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