Jack Lemmon esta soberbio.
Es un papel dramático e intenso. Hace de un ingeniero nuclear que cree en su trabajo pero que advierte una gravisima avería en la central donde trabaja.
Volví a ver este inquietante filme de nuevo hace unos años en un ciclo que organice en el Cine Club de Tobarra.
Una joven y guapisima Jane Fonda y un hippie Michael Douglas hacen de sagaces y pesados periodistas televisivos.
La buscare y la vuelvo a ver por tercera o cuarta vez.
Se las aconsejo porque fue una película militante en su momento contra la energía nuclear que a nadie en el fondo nos gusta y que ahora 33 años después de su realización tiene total vigencia y actualidad.
Ojala que el síndrome que China que nos plantea -contaminación radioactiva subterránea por fundición del suelo de la central por la fusión del reactor- no se produzca en ninguna central japonesa afectada por el terremoto y posterior maremoto y que todo quede en una pesadilla y que lo que al final se libere a la atmósfera sea lo menos posible y haga el menor daño a la población y la vida de la zona.
Y que no volvamos a tropezar de nuevo en la misma piedra dentro de unas décadas.
Hellín a 17 de Marzo de 2.011.
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