martes, 18 de noviembre de 2008

LA CAMORRA NAPOLITANA REFLEJADA EN UNA OSCURA, INTERESANTE Y CASI DOCUMENTAL PELICULA. LOS MAFIOSOS AMAN EL CINE. NO LA LITERATURA. CURIOSO AMIGOS.


Les pongo un enlace de un magnifico articulo de Miguel Mora de El Pais y se ponen en antecedentes del novel escritor italiano Roberto Saviano condenado a muerte por la Camorra napolitana por publicar un libro sobre ella. Curiosamente el Director de la versión cinematográfica -un acertado filme, tampoco, una maravilla, mas bien seco y plano lo he encontrado con un terrible momento: la madre entregada por el hijo a los asesinos- no tiene problemas con esta organización criminal porque a estos delincuentes les gusta verse en el cine y la vida imita al cine pero no soportan ser diseccionados por el bisturí de la palabra siempre mucho mas revolucionaria que la imagen.
Habría que leer la novela porque queda como muy etéreo y hasta enigmático los sucios juegos ilegales de estas redes mafiosas en la versión de cineasta Mateo Carbone.
Controlan, por lo que se intuye, las concesiones de limpieza de Napoles. Encuentran en un tremendo barrio antisocial -un gigantesco toblerone de viviendas con galerías carcelarias- su caldo de cultivo ideal y su vivero para reclutar chiquillos ociosos que llegan hasta a conducir camiones de contaminante basura industrial a una cantera local.
El bueno de Saviano ha perdido la libertad -como los ciudadanos vascos y españoles que se oponen a ETA en Euskadi- por intentar reflejar lo que pasa en una zona de su país. Se ha hecho millonario -ha vendido casi 2 millones libros- pero debe permanecer protegido día y noche. Al final se lo cargaran como hicieron con los jueces Falcone y Borsellino. Con el General de la Chiesa. Aunque tengan que volar un trozo de autopista.
Tienen lo que corrompe al hombre. El dinero. Y cuentan con su mayor aliado. El miedo. Mientras existan barriadas como las que vemos en esta nada subversiva película, mas bien un documental moderado sobre el tema, nada se podrá hacer. De la marginación y de la pobreza material y ética solo pueden surgir matones adolescentes. Es la mirada del realizador sobre estos críos lo mejor de esta película. Como son iniciados. Como uno vende a su madre que no quiere renunciar a su traidor hijo. Por eso esa sensación algo ingenua que nos deja esta buena película oscura, pesimista y amarga, es lo mejor de ella porque parece estar filmada con la mirada de estos inhumanos, ya, jóvenes que se limitan a imitar a sus modelos que son los mayores de su entorno.
Mucho marketing. Puede que hasta parte de los beneficios de este filme acaben en la Camorra napolitana. Ellos son así. El fin justifica los medios. Mientras no les toquen el negocio ellos a vivir. A matar, a traficar con drogas, a comprar políticos, jueces y policías. Una pena. Ser valiente en una sociedad de cobardes solo trae problemas a los suicidas cívicos ciudadanos que se atreven a denunciar tanta degradación e infamia.
Hellín a 18 de Noviembre de 2.008.

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