No pocas veces lo mejor de un concierto sinfónico con grandes obras programadas es una propina.
El solista avasallado por los aplausos nos ofrece un exhibición de su virtuosismo con una pieza corta.
Y a veces se produce el milagro.
Ayer 16 de Enero fue una Cancion de cuna maravillosa que bordó un artista portentoso. Un flautista español que es un figura en Londres y en el planeta y que fue acompañado por un chelista esplendido de la OSRM.
Georg Philip Telemann el autor de esta miniatura musical magistral. El compositor mas fecundo de la historia de la música. Un organista alemán al que tanto admiraron sus compatriotas Bach y Haendel.
Es una constatación lo adulto y mayor que es el público que acude a las salas de conciertos.
No digo que sea a extinguir este tipo de música pero cuesta mucho incorporar a gente joven.
Es que ser amante del sinfonismo es una forma de vida.
Es preferir lo tranquilo y sereno a lo rápido y trepidante. Es ser respetuoso con los interpretes y con los espectadores. Es ser cívico y educado a grosero y gamberro. Es guardar silencio.
Es reflexionar sobre la condición humana y no ser un disipado embrutecido por la tétrica television comercial privada y pública.
Es una terapia que les aconsejo.
Dos horas de abstracción y relajación. Depurarse mentalmente y salir como nuevo.
Valorar que es una profesión la de músico vocacional. De entrega y estudio constante y permanente. Y la mayoría de las veces muy mal pagada.
La compensación los pocos cientos de aficionados -eso soy yo que nunca ha estudiado solfeo, un aficionado pero de a pie- que los aplaudimos y los animamos.
Veo este año a la joven Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia con otro talante y bastante mejorada.
Con mejor aptitud y actitud. Disfrutan tocando y se nota. Y de momento han tenido dos patas negras dirigiéndola estos dos últimos conciertos. Un sensacional rumano y ayer un prodigioso checo.
El próximo 6 de Febrero Telemann de nuevo y Haendel. Piezas vocales de mezzo-soprano. Y el mas fecundo compositor de sinfonías el gran F. J. Haydn.
Toda una exquisitez que no me perderé por nada del mundo. Están avisados.
Hellín a 17 de Enero de 2.009.
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