No les voy a hablar de como me han salido las papas al horno que acompañaban a un estupenda dorada que he comprado a buen precio en una pescadería familiar de Hellín a la que me gusta acudir porque me aconsejan, me miman y no me engañan. Tres generaciones de pescateros. La cuarta muy complicada.
Mientras deglutía el manjar gastronómico este gris sábado regado con un sabroso y muy económico Ribeiro de 200 pelas que adquiero en el eficaz super de nombre vegetal que se encuentra al lado del meritorio negocio antes mencionado escuchaba el Concierto para Orquesta de Béla Bartók.
Comentados sus 5 movimientos.
En Radio Clásica para mi siempre Radio 2.
Música tonal.
Muy melódica. Me ha recordado al maestro Joaquin Rodrigo Bartok hoy. 20 años mayor el húngaro que el español. Pero los dos compositores dotados de una increíble capacidad para cautivar al oyente.
Dirán los sesudos melómanos que desvarió pero es lo que me ha parecido. Sera al revés dirán ustedes porque Rodrigo era mas joven pero insisto Bartok me ha recordado al valenciano.
Se planteo no hace muchos días en Música sobre la marcha -de lunes a viernes de 15 a 16 en Radio 2- si era mas influyente Igor Stravinski que Bartók en el devenir del siglo pasado en el campo de la música culta (es culta por los incultos de dos patas que tenemos no por que sea elitista ni difícil de disfrutar).
Voté por el ruso. Por su Consagración de la Primavera que es la obra cumbre del sinfonismo del siglo XX. Pero siento mas a Bartók. Me llega más. Me gusta mas.
Es mas influyente en pintura Picasso que Miró pero prefiero al segundo. Me comunica más. Me parece mas humano. Menos cerebral y mas cálido.
Un artista sin parangón Béla Bartok.
Triste pero alegre. Serio pero guasón. Porque la vida es así.
Murió de leucemia en 1.945. Un año antes ya gravemente enfermo le dedica su excepcional Concierto para Orquesta a la mujer de un mecenas que le encargo una especie de réquiem para su esposa fallecida. Paradojas de la vida.
Es un concierto de orquesta porque todos los miembros de la agrupación se deben emplear a fondo y con insuperable virtuosismo para intentar tocar esta dificilisima composición.
Comentaba el oboista invitado al programa radiofónico que tres meses mínimo de estudio y semanas de ensayos para estar a una altura aceptable el día de este concierto en directo.
Me empecé a interesar por Bartok siendo muy joven. El siglo pretérito.
Escuche en un viejo y moribundo Palau de la Música de Barcelona El mandarín maravilloso.
Alucinante. Bestial. Un ritmo frenético.
La entonces Orquesta Ciudad de Barcelona se empleo a fondo. Buena formación pero con muchos problemas laborales.
No me acuerdo del Director. Tal vez Antoni Ros Marba. O Salvador Mas. El titular y el ayudante entonces décadas pasadas.
Luego leí que el Gabo se inspiraba escuchando los cuartetos del magiar.
Y sin tener conocimientos de solfeo ni de pentagramas el colombiano. Como yo.
Pienso que es cuestión de prestar atención. Tener paciencia. Abrise.
Relajarse y disfrutar.
Ser humilde y respetar a quien entrego su vida hasta el final por la música y el arte. Y lucho con todas sus fuerzas contra la barbarie nazi y el antisemitismo genocida cuyos prolegómenos empezaron siendo palizas, vidrieras rotas, pancartas y mucha, mucha ignorancia.
Que no se repitan los errores.
Pierre Boulez un excepcional Director de Orquesta con mayúsculas nos ofrece una portentosa versión en un escenario grandioso. Deben escuchar este finale a todo trapo:
Hellín a 1 de Febrero de 2.009.
No hay comentarios:
Publicar un comentario