Uno es alto y el otro mas bajo.
Lo ideal.
Parecen una pareja de cómicos.
A lo Tip y Coll.
Son dos genios.
Isaac Stern al violín y Jean-Pierre Rampal a la flauta.
Cuando se juntan el éxtasis.
Un orgasmo musical seguro.
Son de los mejores no solo por su virtuosismo indiscutible sino por su humanismo.
El arte debe ser entrega.
Vivir para él.
Disfrutar y que disfruten los receptores de su sacrificado trabajo.
Cuando un público conecta con el interprete este se crece.
Se produce eso que tarda años o décadas.
Yo le he experimentado muy pocas veces en mi ya larga vida.
Como un coito irrepetible y divino.
Una Orquesta se funde con los espectadores y estos la empujan y no la sueltan y la obligan a llegar al climax creativo.
Y se produce el milagro.
Lo debo decir. La Cuarta de Bruckner que le escuche no hace mucho a la OSRM estuvo a punto pero a punto.
Si sigue en esta linea a esta tan meritoria formación sinfónica profesional murciana le auguro grandes tardes.
Lo maravilloso de la vida.
Experimentar lo que la mayoría nunca experimentara. Por desidia e ignorancia. Por embrutecimiento pasivo y activo.
El misterio. La zozobra. El más allá pero aquí. No buscar los paraísos artificiales en las dichosas y peligrosas drogas. Acudir a lo mas cercano y tan económico. A lo natural. A lo sano.
A veces uno se vuelve cansino y con razón. Les pido disculpas.
Para compensarles Rampal interpretando a Bach:
Y Stern el maravilloso concierto para violín de Bach, siempre Bach. Fabulosa versión que dirige el bueno de Isaac:
No los he pillado juntos en You Tube. Otra vez sera. Disculpen mi torpeza.
Hellín a 30 de Enero de 2.009.
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