Repasando las fotos que tomé en mi viaje relámpago a Peñíscola de hace un par de semanas he visto una que les quiero mostrar. Se trata de la zona amurallada que encontramos cuando entramos por la Puerta del bufador y desde la que se tiene una vista del ese mare nostrum que se pierde inmenso y tan azul.Sube uno a esta torre vigía y se queda extasiado de lo que ve y acomplejado de lo poco que somos y lo infinito que es lo que contemplamos. Amigo Al Gore, tan tramposo por cierto -se ha comprado un lujoso yate el defensor del medio ambiente, será el de su cuenta corriente, mejor dicho- nunca nos cargaremos la Naturaleza porque esta por mucho que la dañemos siempre se regenerara aunque tenga que matar a la especie humana.
Una verdad incomoda por tanto para el mejor Presidente de los EE.UU que nunca lo fue.
Hablando de libros recuerdo que en una de mis estancias en la localidad castellonense leí un pequeño pero apasionante ensayo de Don José Bergamín sobre religión, creo recordar, entre paseo matutino, papeo, siesta, peli, paseo vespertino, papeo, tele y cama, que les glosé en EL DIARIO DE HELLÍN.
Como esto -pretende- ser un blog cultural -tampoco seamos tan rígidos que siempre si me paso beaucoup pueden y deben hacer comentarios a lo que escribo- les pongo el enlace de la encuesta del País Semanal sobre aquellos libros que más han influido a 100 escritores de lengua castellana que es el tema principal de mi reflexión de hoy. Es cuestión de que ustedes se lo miren.
Por mi parte ya en mi perfil hablo de El Cuaderno gris, El árbol de la ciencia, La Iliada y de la Odisea pero rebobinando recuerdo lo que me impactaron La metamorfosis, Crimen y castigo, La peste, El extranjero, Crónica del Alba, El poder y la gloria, Cien años de soledad y San Manuel bueno y martir.
Les confieso que ahora no leo ficción.
Muchos ensayos históricos.
Dietarios. No compro libros o muy pocos.
Lo que has leído viviendo es lo que más te influye.
Cuando empiezas a escribir dejas de lado la literatura. Porque es más apasionante escribir que leer aunque mucho más difícil porque desgasta mucho más y exige mucho tiempo, paciencia, concentración y sacrificio.
Otro tema es lo que decimos leer y lo que hemos leído realmente.
Ese necesario barniz cultural que sino se tiene no pasa nada pero que algunos se empeñan en restregarnos.
Me da lo mismo. No tengo que demostrar nada. Soy insignificante. No influyo en el devenir local ni un ápice y si alguien quiere perder el tiempo leyendo mis mediocridades diarias se lo agradezco de todo corazón porque en el fondo aspiramos a que lo hagan, a que nos lean y el que lo niegue es un mentiroso.
Hellín a 14 de Agosto de 2.008.
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