Repasando mi modesto álbum fotográfico veo estas dos que tomé el otro día en la vecina Albacete, inmerso un servidor en los papeleos inevitable de querer aspirar de manera utópica a poseer una vivienda en propiedad -¿para qué?-cuando ya sea un anciano y a nadie interese ya.
A la izquierda la actual sede de la Cámara de Comercio, la Casa Fontecha, una esplendida muestra de la pujanza arquitectónica (modernista/burguesa/aristocrática) de principios del siglo XX de la capital albaceteña. Con un amplio jardín exterior y un excepcional artesonado que pueden ver sin problemas entrando en el edificio.
Se hablo de derribarla con la excusa de que necesitaba la Cámara más espacio pero semejante burrada se descarto.
A la derecha el Pasaje Lodares, tan especial y hasta único. Algo siniestro los días oscuros pero siempre sorprendente y especial.
Si hacen doble click sobre las imagenes podrán apreciarlas en toda su amplitud y detalle.
En la cercana Plaza Gabriel Lodares destacables mansiones. Les recomiendo coman en Casa Marlo y se sorprendan con la fantosiosa y apetitosa cocina del joven y premiado chef, el talentoso amigo Pedro.
Ya en la continuación natural de la céntrica Tesifonte Gallego, la calle Marques de Molins, fachadas de indudable interés. Los antiguos almacenes Legorburu, el Colegio del Notariado y el Gran Hotel, entre otras.
En la Plaza del Altozano, el Antiguo Ayuntamiento y cerca la bonita fachada del Colegio de Arquitectos al lado del pétreo Consistorio actual. Más abajo, hacia la Feria, la Casa Perona, actual sede de la inútil y carisima institución del Defensor del Pueblo de CLM.
Ya en el Paseo de la Libertad, el Palacio de la Diputación, buena muestra del magnifico hacer del Arquitecto hellinero Justo Millán.
Solicite ya hace tiempo una tesis doctoral de una Arquitecta -un voluminoso tocho- que como casi siempre tuvieron la amabilidad de incorporar a la biblioteca de Hellín.
En este lujoso libro se hace un repaso de lo que queda y de lo mucho derribado por la piqueta de lo que se levanto en el centro urbano de Albacete a finales del siglo XIX y a principios del XX.
Les tengo que confesar que uno que ha vivido en Barcelona -al lado de las Ramblas- y deambula tanto por el Eixample como por el Raval cuando visita la Ciudad Condal se sorprende de lo que aún queda y reflexiona sobre lo que se debe haber derribado.
De lo que fueron nuestras ciudades.
Entre atletismo, tenis -impresionante el noi de Manacor ante el roqueño serbio- y esperando lo que puedan hacer los Paus de oro, pasan los días.
Espero que los que me sigan en este flamante blog, pues, sepan disculpar mis limitaciones e inevitables reiteraciones.
Pasar de publicar en un periódico de lunes a sábado, luego en una Web tan seguida y ahora en este blog, más personal y menos polémico - a eso aspiro- pues me crea algo de esquizofrenia de no saber muy bien en que medio me muevo ahora.
No seamos tampoco tan rígidos.
Siempre he puesto el ejemplo del maestro Pla. Empezar hablando de la Guerra Civil, pasar luego al Derecho Romano aplicado a la pagesia y acabar con un guiso típico de su pequeño país, el empordanet. El bajo Ampurdan.
Pero a él le pagaban. Vivía de lo que escribía. Y encima tenia talento, Muchisimo. Nada, seguiré a mi bola y la escritura es el mejor antioxidante neuronal, superior a los taninos del vino, que conozco y complementaria a la más pasiva pero indispensable actividad de leer.
Hellín a 16 de Agosto de 2.008.
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