Ya tres generaciones de sebastianes dando de comer a base de bien y a un buen precio. El guiso de oreja al vino tinto excepcional, al igual que el cabrito de la zona.
Oigan, ninguna ganga -ya no existen- pero saldrán contentos, satisfechos y con ganas de volver. Señal de que habrán papeado bien. Postres abundantes, caseros y sabrosos. No se puede pedir más.
El café siempre en la barra dándole la tabarra al Jefe con el Español.
Pues están de Fiestas en la cercana Jumilla.
Si quieren conocer a una familia encantadora y ejemplar, pues se acercan a la finca Casa Pareja, productores de un magnifico aceite de oliva virgen extra ecológico. Venden también unas riquisimas aceitunas arbequinas y jabón. Juan, un fenómeno, pendiente siempre del modélico negocio sostenible.
Muy buenos vinos en esta famosa tierra vitivinícola.
A la entrada de Jumilla, la Iglesia de Santiago, monumento nacional, al igual que el cercano Concejo. En la Plaza de la Constitución, un Museo Municipal remodelado de tres plantas y enfrente una excelente pastelería que les recomiendo.
Cuando pasen las calores se acercan al Monasterio de Santa Ana, a las afueras, y consultando horarios, alucinen con el Cristo de Salzillo, un amarrado excepcional.
Creo que no me olvido nada.
Bueno sí.
Me han dado en el Ayuntamiento un tocho de más de 200 paginas como guia de tanto festejo. Son así. A raíz del Jubileo y de la exposición que montó la Comunidad de Murcia, me mandaron por correo un maravilloso catalogo que guardo como oro en paño.
Ahora ya tienen una buena Oficina de Información Turística.
Lo que les digo, Jumilla tan cerca pero tan lejos de Hellín, por lo menos uno tiene esa impresión.
Tal vez me equivoque. Soy humano.
Hellín a 10 de Agosto de 2.008
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