Impresionante fotograma de una Teniente Ripley cabreada y con muy, muy mala uva. No le faltan motivos. Los bichos han tocado a su "hija" adoptada.Jerry Goldsmith ha sido uno de los grandes maestros contemporáneos de la muy especifica música cinematográfica que algunos compositores "serios" han abordado descollando de entre todos ellos el ruso Sergei Prokofiev autor de dos bandas míticas de películas para el genial Sergei Eisenstein, Ivan el Terrible y Alexander Nevsky, cuya Cantata para Alto es una pieza de repertorio de las mejores salas de concierto del mundo.
James Horner es de una generación posterior al gran Jerry y personalmente me gusta mas la partitura de Aliens que la de Alien, el Octavo Pasajero, a lo que no es ajeno el carácter mas trepidante de la segunda parte de estos horrendos, pegajosos y fétidos alienigenas.
Se dice con excesiva frivolidad que la música de películas no es de repertorio de conciertos orquestal lo que es mentira por partida doble. No pocas orquestas magnificas del Este completan sus menguados presupuestos grabando en estudios bandas de filmes.
Y en localidades como Úbeda ya se han consolidado festivales sinfónicos de películas.
El todo terreno Ennio Morricone actuara o ya lo habrá hecho en San Sebastian y es un habitual de las buenas salas de conciertos de España.
Yo personalmente llevo en la guantera del coche La Misión, Memorias de Africa y la ya mencionada Cantata para Alto en una estupenda versión de la Nacional de Cataluña, que así se llama esta formación orquestal, que dirige por cierto ahora un japones -?- y cuya sede algo tétrica se encuentra en el irresoluble y eterno punto negro de la Plaza de la Glorias de la Ciudad Condal, muy cerca de la Torre Agbar o el "supositorio" como ha sido bautizado por los barceloneses. Por cierto muy llamativo por la noche encendido el edifico de oficinas. Ya un icono de la ciudad.
Sigourney Weaver nació para ser la Teniente Ripley y ya esta anunciada para el 2.010 la quinta entrega de Alien.
Combativa. Con cara de pocos amigos. Femenina. Maternal hasta la muerte. Gigantesca y elegante hasta con uniforme de combate.
Al final les debo confesar que después de más de dos horas de peleas y descuartizamientos uno se cansa un poco.
Me apetece revisar ese cine tranquilo y humano de los directores clásicos del séptimo arte. Ahora con una Rusia -el eterno oso- crecida y que enseña sus garras bélicas no estaría de mas acordarnos de la década de los 30 del siglo pasado. De lo premonitorio de algunas de las mejores películas de la historia del cine.
La gran ilusión y La Regla del juego de Jean Renoir rodadas en 1.937 y en 1.939 respectivamente. Censuradas y prohibidas. Ambas cintas avisos lúcidos de lo que se avecinaba. La Segunda Guerra Mundial. 40 millones de muertos. De la intolerancia y el fanatismo del hombre. Nunca aprenderemos y volveremos a tropezar en la misma piedra de las conflictos y de la destrucción masiva.
Hellín a 28 de Agosto de 2.008.
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