martes, 5 de agosto de 2008

AMIGOS, PONGAMOS UNA PLACA CARTEL O LO QUE SEA QUE NOS INFORME DE LA HISTORIA DE LA IGLESIA DE LA ASUNCIÓN DE HELLÍN


Esta mañana cuando bajaba de la Casa de la Cultura no he podido resistir la tentación de fotografiar la Iglesia de la Asunción de Hellín.

Hace unos días un atento vecino me enseñaba la replica del león, felino o lo que sea, que ha realizado después de la sustracción de uno de ellos -lo arrancaron- que encontramos en el Portalón de entrada al templo.

Uno en cada hoja de la monumental puerta a modo de picatostes de lujo.

Ya les comenté que fue de lo primero que me sorprendió cuando llegué a Hellín hace unos años.

La iglesia de la Asunción.

Una Iglesia enorme como otras con las que me he encontrado en otros pueblos y ciudades de CLM.

Me acuerdo de la de Valdepeñas y una que destaca gigante en localidad tan pequeña como es Villahermosa.

Es una necesidad ya que El Ayuntamiento de Hellín, su Concejalía de Turismo, nos pusiera unos paneles explicativos de la Historia y características de los edificios protegidos de la villa hellinera.
En la cercana Jumilla encontramos estos paneles y vienen de coña.

No creo que suponga mucho desembolso y cumplirían la función de informar a los no pocos turistas que a veces vemos deambular por la calles de Hellín, bastante desorientados por cierto.

No me resisto a terminar mi breve comentario diario, con otro poema de José María Hinojosa, poeta víctima, otra más de nuestra Guerra Incivil.

Ya se va conociendo este blog y varias personas me han agradecido las referencias a este olvidado de la Generación del 27 y si mi humilde glosa del malagueño sirve para que algún lector se aficione a este excelente rapsoda, pues ya me doy por contento.

Un sensual poeta del amor. Surrealista, onírico y muy musical. Que lo disfruten.


NUESTRO AMOR

Nuestros cabellos flotan en la curva del aire

y en la curva del agua flota un barco pirata

que lleva en su cubierta entre cercos de brea

tus miradas de ámbar y el ámbar de tus manos.

Nuestros cabellos flotan en aire enrojecido

mientras su cuerpo pende hecha color su carne

de los siete colores tendidos en un arco

sobre el cielo de hule herido por sus ojos.

¿Por qué siempre rehuyes el encerrar tu carne

en mi carne cuajada de flores y de heridas

abiertas con puñales en madrugadas blancas

llegadas del desierto entre nubes de polvo?

Nuestros cabellos flotan en la curva del aire

envueltos entre ráfagas de crímenes violentos

y manos inocentes quieren lavar la sangre

derramada en la tierra por el primer amor.



José María Hinojosa



Hellín a 5 de Agosto de 2.008

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